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Optimización automática del rendimiento del procesador
Precision Boost 2 es una tecnología de optimización de rendimiento que está disponible en todos los procesadores AMD Ryzen™ y Ryzen™ Threadripper™ serie 2000 (o posteriores). Mejora el rendimiento del sistema aumentando la frecuencia de los relojes, lo que permite que el procesador, y las aplicaciones, trabajen con mayor rapidez. Y lo mejor de todo es que Precision Boost 2 es totalmente automático: los procesadores inteligentes de AMD incluyen un conjunto de sensores sofisticados cuya función consiste en analizar las condiciones dentro de la PC y tomar la decisión de “acelerar” siempre que sea posible.
Si bien la tecnología es automática, se pueden configurar ciertos parámetros en su sistema para sacar el máximo provecho de Precision Boost 2. Por ejemplo:
- Verificar que el procesador tenga la pasta térmica correspondiente.
- Configurar la CPU con un buen sistema de refrigeración que esté instalado de forma correcta.
- Equipar la PC con ventiladores de calidad para que el flujo de aire en su interior sea el correcto.
- Aplicar una configuración de BIOS de motherboard confiable y optimizada.
- Configurar el sistema con la versión más actualizada de Windows® 10.
- Instalar el software de controladores de chipsets de AMD.
- Actualizar la motherboard con la BIOS más reciente del fabricante.
Todos estos pasos son importantes porque Precision Boost 2 depende de varios factores, entre otros:
- Temperatura del procesador
- Tipo de carga de trabajo
- Cantidad de núcleos activos
- Consumo energético (vatios) del socket del procesador
- Consumo de corriente (amperios) de los circuitos de la motherboard
- Configuración correcta del firmware y software
- Optimizaciones del sistema operativo
- Límite de aumento de frecuencia máximo (especificación del producto)
Cuando el procesador tiene margen en estas categorías, y la carga de trabajo activa necesita rendimiento adicional, Precision Boost 2 eleva las frecuencias de forma automática hasta que se alcanza uno o más de los límites mencionados anteriormente. Al alcanzar el límite, las frecuencias del procesador se estabilizan de forma automática y se mantienen equilibradas para que la mejora de rendimiento sea constante. Durante este proceso, el procesador puede controlar las condiciones del sistema y ajustar las frecuencias hasta 1000 veces por segundo. Por consiguiente, alcanzar la frecuencia turbo máxima y las condiciones de aumento continuas mencionadas dependerán de la aplicación y la carga de trabajo. Un buen parámetro para tener en cuenta es que las cargas de trabajo livianas reciben las frecuencias turbo más altas, mientras que las más pesadas o continuas, es decir, las que dependen de varios núcleos, pueden llegar a tener un límite, y el aumento ser menor.